La emperatriz Helena de Constantinopla se convirtió al cristianismo cuando su hijo Constantino ya gobernaba el Imperio Romano. Los historiadores consideran que ella influyó en la decisión de su hijo de legalizar y abrazar la religión cristiana. La emperatriz viajó hasta Jerusalén para buscar la cruz donde había muerto Jesús. Para ello, mandó excavar en el área donde se encontraba el Monte Calvario, donde encontró tres cruces de madera. Ante el hallazgo, surgió la pregunta: ¿Cuál de las tres era la verdadera Santa Cruz? Para averiguarlo, llevaron a una mujer agonizante, quien al tocar la primera cruz se agravó más con su enfermedad. En la segunda cruz, la enferma se mantuvo igual, pero al tocar el tercer madero, recuperó la salud.
Santa Elena con el Obispo y los fieles llevaron esta cruz en procesión por las calles de Jerusalén. En el camino había una mujer viuda que llevaba a enterrar a su hijo. Al acercar al fallecido a esta Cruz, este resucitó. De esta manera, en muchos pueblos del mundo el 3 de mayo se celebra el hallazgo de la Santa Cruz. Tras su muerte, Helena fue canonizada y se convirtió en la Patrona de las cosas perdidas.
En este día también se celebra a los albañiles. En algunos partes del mundo, en las construcciones los trabajadores tienen la costumbre de colocar en lo alto de las fachadas una cruz de madera adornada con diferentes elementos como flores y papel de china con el fin de pedir a la Santa Cruz que no sufran accidentes o caídas durante su trabajo.
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